domingo, 9 de abril de 2017

La casa de las Poquianchis en San Juan del Rio



Segun una leyenda dice que por allá por los inicios de los años 60´s del siglo pasado, llegaron a establecer una casa de mala nota las hermanas González Valenzuela tristemente conocidas como “Las Poquianchis”, Cuentan que se llegaron a instalar a la calle de Coporo hoy conocida como Melchor Ocampo al pie de las peñitas de san juan una casa de mala muerte, dicen que por aquellos años las Mamas preocupadas por sus vástagos, les contaban a los niños la historia de que al caer la noche, por esa calle se aparecía la llorona, y como nunca falta el niño atrevido, algún chaval se aventuro a pasar mas allá de la plazuela e instalarse esperando ver a la ya famosa llorona, para quedar decepcionado y sorprendido que no solo no salía la llorona, sino que quien venia era tal vez uno de sus tío trastabillando de borracho y con olor de perfume barato de mujer.
Lo que si no es un cuento es la miserable vida que le daban estas mujeres  a las decenas de jovencitas que “trabajaban” en sus burdeles, desde San Francisco del Rincón, Gto. Hasta San  Juan del Rio, Qro. Niñas robadas en rancherías, o vendidas por sus propios progenitores por unos míseros pesos, aunque las había que iniciaban en la prostitución ya fuera por voluntad propia o por hambre, aunque la constante ahí era el sometimiento a base de golpes, terror sicológico y privación de alimento, para poder ejerce en ella un sometimiento total y prostituirlas libremente, hay de aquella que intentara huir, era perseguida y atrapada fuera por los secuaces de estas mujeres o por la misma policía en contubernio, una vez atrapada era sometida a castigos brutales, como hincarlas con los brazos extendidos y sosteniendo ladrillos en manos y cabeza, privación por días de alimentos, aquella que no tenia la fuerza suficiente para soportar dichos castigos, moría trágicamente y sus restos eran enterrados al interior de la vivienda que servía como lupanar, si alguna de estas chicas salía embarazadas se les sometida al aborto y lo restos del bebe eran enterrados igualmente dentro de la propiedad, es tal vez por esto que se cuenta que dentro del interior de la casa de Coporo, en las noches se escuchan voces de mujer, llantos de niños y se ven figuras fantasmales recorriendo dicho inmueble perdiéndose en la oscuridad del patio, me han dicho los que llegaron a entrar (cuando aun lo permitían los inquilinos) que se percibe una densidad en el ambiente muy pesada, que sientes una pesadumbre y como si alguien te estuviera observando constantemente.
Melchor Ocampo antes Coporo, ¿será verdad?, solo quien lo vivió podría decirnos la verdad, pero ya hay pocos sobrevivientes, por lo pronto es una más de las leyendas de mi San Juan del Rio.
Como dato, algunos conocedores y vecinos del lugar cuentan que efectivamente había una casa de citas en dicho lugar, pero que esta pertenecía a una Sra. De nombre María Montes, y que esta jamás perteneció a las tristemente conocidas como “Las Poquianchis”.
Quizás el único vinculo de Las Poquianchis con este lugar fue, el surtir de chicas la casa de citas.
La casa de Las Poquianchis la puedes ver si visitas el panteón de la Santa Veracruz, otro sitio lleno de historias de sus ahí moradores.

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